Existe un instinto básico determinante para la acción de compra de tu producto. Recuerda que el 85% de la decisión de todo lo que compras en tu vida es inconsciente, y solo el 15% es consciente. El cerebro que determina lo que compramos es el reptiliano. Y éste, toma la decisión en base a una solo cosa, a sobrevivir. 

 

1- ¿Cuál es el REPTIL de tu PRODUCTO o SERVICIO?

Te animo a que pienses cuáles de estos 10 instintos tienes que apelar para que tu producto o servicio atraiga a tus clientes potenciales. Como comenté en el artículo anterior, para atraer al cliente, el valor simbólico que aporta tu producto o servicio, entra mucho en juego.

10 CÓDIGOS REPTILES (según Jürgen Klaric, experto en neuromarketing):

• Poder | Dominación.
• Reto |Reconocimiento.
• Placer | Satisfacción.
• Control | Orden.
• Pertenencia | Aceptación social.
• Seguridad | Protección.
• Libertad | Autonomía.
• Exploración | Descubrimiento.
• Familia | Herencia.
• Trascendencia | Supervivencia del gen.

 

Por ejemplo, en el negocio del marketing, el principal código reptil al que tengo que apelar es la dominación. Si un negocio tiene visibiidad y posicionamiento en internet, tienes más posibilidades de dominar el mercado.

 

Otros ejemplos: Una agencia turística, la exploración. Un hotel de vacaciones, el placer. Un hotel de negocios, el control. La ropa, la protección y la dominación. Una agencia inmobiliaria, el resguardo y la unión de tribu.

 

2- ¿Cómo funciona la mente de tu cliente?

Haciendo referencia a los códigos reptiles, la neurociencia nos enseña que tenemos 3 cerebros: 

• El cerebro reptil: el más primitivo y el responsable de la decisión de compra instintiva. Sigue la premisa de “me sirve para sobrevivir”.
• El cerebro límbico: el mamífero, el responsable de las decisiones de compra emocionales.
• El cerebro córtex: solo lo tenemos los humanos, y es el causante de las decisiones de compra racionales.

 

Según Jürgen klaric, el cerebro que determina lo que compramos, es el reptiliano. Y éste, toma la decisión en base a una sola cosa, a sobrevivir.

 

Los otros cerebros también intervienen, pero la punta de lanza siempre será el reptil.